lunes, 25 de diciembre de 2017

Red Capítulo 1 [Especial de navidad 2017]

Hola de nuevo mis queridos lectores, otro año más, os traigo un cuento para estas fechas tan señaladas, al igual que el año anterior este año os traigo un cuento que os conmoverá, y sin más dilación, sentaros, poneos cómodos y calentitos y comencemos.

Géneros: Misterio, Drama, Romance, Misterio, Sobrenatural, Yaoi
Pairing: -
Serie: -

NOTA: Feliz navidad!!! 

PD:Se recomienda leer con música para una mejor experiencia, si queréis una sugerencia podéis clicar en el siguiente enlace donde encontraréis banda sonora adecuada para crear hambientación.

Música


Erase una vez... una joven niña que vivía en el bosque, con sus padres,
la joven era conocida por todos por ser una chica muy guapa y muy obediente,

 que siempre ayudaba en todo lo que estos le pedían, peor si había algo que la distinguía era su capa favorita, una capa roja que le había regalado su abuela, una entrañable 

señora que vivía en lo más profundo de las montañas. Un día esta cayó gravemente enferma, la niña preocupada por su abuela decidió ir a su casa a llevarle una cesta con 

dulces y medicinas para que su abuela se recompusiera pero....


-¿Sabes que? Me he cansado de tanta mentira, mi abuela nunca se enfermó y yo nunca fui una niña dulce y obediente, ¿Queréis oir una historia? Yo os contaré Una historia de verdad.


"Querido Mario, si estás leyendo esta carta eso significa que el día ha llegado, ya no eres un niño, a partir de ahora te tratarán como a un hombre, y como tal tienes que ser alguien valiente y responsable tu abuela no tiene mucho que ofrecerte, pero espero que te guste tu regalo, la llave y el mapa son lo que te guiarán hasta él, un beso y un abrazo, te quiere tu abuela Marianela"

Esa fue la carta que en su décimo octavo cumpleaños aquel joven recibió, no estaba muy confiado de si hacerle caso pues sabía que su abuela era conocida por no estar muy cuerda, y que por eso vivía encerrada en el bosque.
Más con la esperanza de encontrar "su regalo" decidió hacer sus maletas y viajar al lugar que marcaba en el mapa que su querida abuela le había cedido.

-Según el mapa...el lugar donde mi abuela me ha dejado mi regalo está....¿En lo más profundo del...bosque?
El temeroso muchacho revisó la carta con recelo y volvió a examinar el mapa, por si acaso de un error se tratase.

-Donde coño me ha mandado esta vieja senil...En fin, no tengo nada mejor que hacer, y ya que estoy aquí que menos que seguir adelante.
Con eso en mente se dispuso a adentrarse en lo más profundo del bosque atravesando la maleza y vegetación salvaje de aquel inhóspito y desolado lugar.

-Más te vale que no sea una mentira abuela...Aunque viendo la fama que tiene, no me extrañaría...
Aquel joven era muy cauteloso y no confiaba demasiado en los demás siempre anteponiendo la lógica y la razón ante cualquier cosa para darle un significado a lo que no entendía, mas, su tan aclamada razón y su querida lógica muy pronto carecerían de sentido alguno.

Conforme avanzaba podía notar como el paisaje se volvía más acogedor y menos enmarañado, las enredaderas comenzaban a disminuir y los arbustos eran cada vez menos densos, estaba saliendo del bosque para acabar en una pradera en mitad de la vegetación.

-Vale...según esto....Ya hemos llegado.
Alzando su mirada del mapa sus ojos dieron con una modesta cabaña de madera, con un jardín muy cuidado, se notaba que la persona que hubiera vivido antes allí le había dado un buen trato a aquella abandonada construcción.
Confundido el joven tomó de su bolsillo la llave y se dispuso a abrir la puerta de la cabaña que aparentemente estaba cerrada.

-¿Seguro que es buena idea? Quien me dice que esta casa no es de alguien...
Al cruzar el marco de la puerta, pudo contemplar mejor el interior de la cabaña los muebles le eran extrañamente familiares y por alguna razón un sentimiento de nostalgia lo invadió por completo.

-Este lugar....Me suena, pero no estoy seguro de porqué.....
Deslizando suavemente su mano por la tela de uno de los sillones que había en aquella cabaña el joven se acercó poco a poco al interior, dirigiéndose al comedor donde le esperaba una tarta de cumpleaños con otra carta.

-Esta es la casa donde me crié...La abuela Marianela fue quien me crió....Pero,¿Por qué había olvidado algo como eso?
La nostalgia que se apoderó de su ser con anterioridad, se transformó en un sentimiento de emoción, el joven deseaba encontrar a su abuela para abrazarla pero no la pudo encontrar, y en su lugar se topó con una carta.


"Sorprendido? Aun no has encontrado tu regalo? Pues verás, tu regalo, se encuentra en alguna parte de esta vieja cabaña, la llave que tienes en tu poder no solo es capaz de abrir la cabaña sino que también abre otra en esta casa si eres lo suficientemente listo no te costará encontrarla, bienvenido a casa cariño.
 Te quiere la abuela Marianela."

-Como espera que encuentre la puerta si no me dice donde además como quiere que adivine cual es mi regalo si no me ha dicho que es....Bueno recuerdo que a la abuela le encantan los acertijos y los puzles, así que ya se que tengo que hacer.
Resignado el joven se propuso a buscar por toda la casa pero la llave no encajaba en ninguna puerta.

-Esto no tiene sentido, ya he probado con todas las puertas de esta casa pero ninguna se abre con esta llave....
Algo frustrado se dejó caer sobre el sofá pensando sobre que podría querer decir su abuela. Las palabras llave, puerta , cabaña resonaban en su cabeza una y otra vez, pero no conseguía sacar nada en claro.

-Piensa....Espera.
Una idea descabellada comenzó a brotar en su mente, y si la famosa puerta no era una puerta, como tal.

Con esto en mente se dirigió al vestidor que había en la habitación de su abuela y con la llave entre sus manos se dirigió a comprobar su teoría, la llave encajaba en la cerradura perfectamente.

-Bingo.
Giró la llave un poco y la puerta comenzó a abrirse, pero cual era su sorpresa al averiguar, que detrás de la puerta lo que había no era ropa, sino un pasillo.

-¿Que es....esto?
Siguiendo por instinto el joven avanzó hasta el fondo de aquel estrecho pasadizo hasta llegar a otra puerta, y tras abrirla se topó con un cuarto lleno de cosas libros juguetes rotos ropa llena de polvo y en el medio se encontraba completamente inmaculada, una brillante y hermosa túnica, de un color carmesí.

Intrigado por su color el joven pasó por su tela sus dedos palpando el tacto de su tejido, era sedoso y muy agradable.

-Esta capa, es extraño, de todos los trastos que hay aquí es lo único que parece completamente nuevo y sin un ápice de polvo encima, como si los años no le hubieran pasado factura, esta abuela que tengo...es toda una artista, siempre se las apaña para dejar a la gente con la boca abierta.

A los pies de la túnica había una última carta, la cual el joven tomó con entusiasmo y comenzó a leerla para si.

"Felicidades Mario, has llegado a tu regalo, esta túnica roja es un regalo de mi abuela que ha pasado de generación en generación en nuestra familia, no sabía si te gustaría, pero pensé que sería un regalo acertado, también te dejo un libro escrito de mi puño y letra que espero que te traiga buenos recuerdos, por último no olvides que puedes quedarte todo lo que quieras en casa y no te preocupes por mí tu abuela está de viaje y posiblemente no vuelva en mucho tiempo, espero que disfrutes de tu estancia en la cabaña y que tengas un feliz día.
Te quiere la abuela Marianela."


-Red Riding Hood, anda..pero si este libro....Abuela...

Ahora todo comenzaba a encajar, el viaje, las cartas, la cabaña y hasta aquel libro, su regalo de cumpleaños era, revivir los recuerdos perdidos de su dulce infancia.

-Es una pena que no pudiera haberme quedado más tiempo aquí, cuando aun era un niño, todo sigue igual que cuando era un niño...
Ensimismado en sus recuerdos el joven se tumbó sobre la cama que ahora era suya y poco a poco comenzó a quedarse dormido.

Mario estaba encantado con la idea de revivir sus memorias de niño en la casa en la que pasó sus años más felices, pero, lo que este no sospechaba es que en lo profundo del bosque se escondía una criatura peligrosa que hasta al mismísimo cazador era capaz de espantar, un ser malvado, cruel, despiadado y ....Feroz.

En la antigüedad, se rumoreaba que los niños que iban al bosque se perdían y nunca eran capaces de regresar pero la verdad detrás de esta leyenda popular, es mucho más sangrienta y atroz, aquella criatura, se los comía vivos, disfrutaba clavar sus afilados colmillos en su dulce carne mientras sus oídos se deleitaban con sus gritos de dolor y angustia, aquella bestia, era conocida como, el lobo feroz.

A la mañana siguiente el joven decidió ponerse sus nuevas ropajes y emprender la marcha hacia los lugares más recónditos del misterioso e insólito bosque que rodeaba a la cabaña de su abuela, sediento de curiosidad, y deseoso de vivir aventuras en su caminata por aquel páramo abandonado de la mano de dios.

-Me pregunto si estaré yo solo por aquí, hace mucho cuando mi abuela era niña vivía por aquí un viejo cazador, me pregunto si seguirá viviendo aquí...
Lo cierto es que no vivía solo, pues al igual que él una joven muchacha de aspecto hosco y un tanto huraña habitaba la ya destartalada cabaña del cazador, y quien al oírle cuchichear no pudo evitar salir de su morada.

-Quien eres y que haces aquí, este lugar no es apto para hacer senderismo.

-Menudas formas...

-Tú...¿Conoces a Marianela?
Dijo mirando atentamente la túnica roja que portaba el joven.

-Esa es mi línea, ¿De que conoces a mi abuela?

-A si que eres su nieto, si quieres un consejo coge ese sucio trapo que llevas atado al cuello y lárgate de este bosque cuanto antes, este no es un lugar apto para niños.
Mario se sentía bastante ofendido por la desmedida y desproporcionada crítica hacia su orgullo como hombre por parte de la desconocida quien lo había tildado de "niño" a pesar de ser un adulto, y quien además había insultado el regalo que su abuela le había preparado con tanto cariño.

-No se quien te crees que eres, pero tengo dieciocho años, es decir soy un HOMBRE y te sugiero que retires lo que has dicho de la capa de mi abuela si no quieres que me enfade, sucia pueblerina.
Mario se dio de bruces contra el suelo y luego fue levantado en el aire por aquella tosca y reservada mujer quien ahora lo miraba con ojos llenos de ira.

-Si quieres morir adelante, de todos modos a quien le importa lo que le pase a un mocoso irrespetuoso y repelente.
Tras decir esto la ,mujer soltó a Mario y lo volvió a empujar para luego girarse hacia el interior de su guarida con un último portazo.

-¿Peligro? Ella si que es peligrosa, menuda loca del coño.
Mario siguió farfullando maldiciones de camino al bosque, y mientras este se alejaba por la ventana de la vieja cabaña se asomaba recelosa aquella arisca muchacha que hace nada lo había mandado en volandas contra el suelo

-Valla por diós...Esa familia está llena de locos no son conocedores del peligro aun así lo tengan delante de sus narices, solo espero que ese niñato no despierte el interés del lobo... 

En su caminata monte a través Mario llegó hasta un claro en el que se encontraba un amplio y cristalino lago. Rodeado por la naturaleza y en un paisaje tan idílico el joven no pudo resistir la tentación y acabó por despojarse de sus prendas hasta quedar completamente desnudo, una vez lo hizo saltó al agua para darse un baño.

-Aaaah que fresquita está, está claro que bañarse desnudo en mitad de la naturaleza es muy relajante, después de discutir con esa mujer me he quedado muy tenso, un buen baño me ayudará a relajarme.

Bañado por el calor del sol y y por la pureza del agua se sentía en paz, todo el estrés de la ciudad que traía consigo antes de venir allí y los pensamientos negativos se esfumaban por momentos.

-Me alegro de haber venido....
Pero, mientras se estaba bañando una figura lo acechaba entre los arbustos, Mario se percató al notar el característico ruido de una rama al romperse.

-¿Quien anda ahí?
Nadie contestó.

-He dicho quien anda ahí.
Una vez más repitió la misma frase esta vez con un tono más serio, pero al no recibir respuesta Mario salió del agua tapando sus partes con su mano, acercándose a los arbustos.

-Gauuu....

Mayor fue su sorpresa al percatarse de quien era el intruso, nada más ni nada menos que un cachorro.

-Pero que mono...¿Te has perdido pequeño?
El pequeño cachorro bajó las orejas y metió su rabo entre sus cortas y pequeñas patitas.

-No tengas miedo, no te voy a hacer nada.
Mario le extendió su mano dejando que este la oliera, al principio el pequeño comenzó a gruñir nerviosamente pero poco a poco comenzó a acercar su hocico a la palma de Mario y con cierta timidez le dio un pequeño lametón.

-Si en el fondo eres bueno, ¿Ves como no hace falta gruñir?
El pequeño cachorrito enseguida le cogió cariño a Mario quien jugaba con el como si de un perrito se tratase.

-Oye espérame aquí, iré a mi casa y te traeré algo de comer.
El joven se marchó de vuelta a la cabaña en busca de algo que poder darle al pequeño cachorro. Tomó un par de salchichas y un trozo contundente de pan y volvió al lago donde aun le esperaba pacientemente aquel pequeño animalito.

Tras dejarle la comida Mario se marchó a su casa, el cachorro quería irse con él pero ya era muy tarde, ya se había marchado dejándolo atrás.
Tal y como decía la gente en el bosque había una criatura peligrosa que disfrutaba del sabor de la sangre de niños inocentes, pero, también era el hogar de otras criaturas misteriosas cuya existencia era desconocida para la gente normal.

A la mañana siguiente Mario se despertó y como todos los días se preparó para salir, pero...al salir por la puerta.

-¡¡¡D-dios mio!!! 
Se encontró a un muchacho un poco más joven que él tirado en el porche de la cabaña, como era de esperar lo recogió y llevó a dentro para atenderlo mejor, pero como bien dije principio, el sentido de la razón y de la lógica carecían de sentido en un lugar como ese, y lo que no sabía es que acababa de cometer un grave error, un error que le podría llegar a costar la vida.

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